La “doctrina del shock” es una investigación documental realizada bajo
la dirección de Michael Winterbottom, que sostiene que las políticas
económicas desarrolladas por el economista estadounidense Milton Friedman
y la escuela de Chicago, tienen como objetivo desarrollar perturbaciones dentro
de la psiquis colectiva, para instaurar políticas que de ninguna manera serian
aceptadas por una población si esta se encontrará, dentro de una “condición
saludable”, se basa en el tratamiento que se le daba a los reos por parte
de las agencias estadounidenses para desorientar y llevar a un estado de completa
sumisión, pudiendo obligar a la persona a hacer lo que su verdugo sentenciara.
En el caso de desastres naturales, guerras u
otro trastorno a gran escala de un país, se aprovechó para instaurar políticas
económicas que beneficiara a Washington a futuro, es decir a modo de predicción
o profecía, en especial aquellas con un tinte neoliberal.
“Profecías
que se autocumplen” no solo es una forma aplicable a la persona en cuanto a las
metas que se propone y como el camino y la percepción de la vida misma llevaran
a que estas se cumplan, sino que de manera económica y macro social también es
completamente posible -como veíamos en la anterior teoría- o en el caso de la
instauración de ciertas ciencias en la academia, que permiten elaborar en la mente
del individuo teorías radicales y por ende cambiar el destino del mundo si es necesario, me
refiero a algunas visiones como la “ingeniería social”.
Si algo nos ha mostrado la ciencia es que
el camino de la humanidad lo ha decidido la colectividad, y no un ente
metafísico, sin embargo lo que nos rodea es tan complejo y somos tan nuevos
dentro de este universo que al final no sabemos si el destino está escrito, y
en vez de vivir, lo que realmente hacemos es recorrer un camino ya trazado.
Lo que si podemos hacer - descifrado como
especie-, es que como este texto nos indica, solo podemos fijarnos ciertas
metas, y no solo individuales, porque realmente estás quedan rezagadas ante
fenómenos macro, pero si pensando siempre en un bienestar común y
revolucionario.
La dimensión social y psíquica que nos rodea
ha sido una construcción de nuestras posibilidades imaginativas, arriesguémonos
pues a fijarnos proyectos que cambien nuestra propia perspectiva y generen cohesión.
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